sábado, 29 de marzo de 2008

A pesar de todo

SONRÍO....
Aunque la vida me golpee,
Aunque no todos los amaneceres sean hermosos,
Aunque se me cierren las puertas. Sonrío...

SUEÑO....
Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento,
Porque quizás mi sueño pueda cumplirse,
Porque soñar me hace feliz.

LLORO...
Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón,
Porque mi angustia decrece, aunque sólo sea un poco,
Porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.

AMO...
Porque amar es vivir,
Porque si amo, quizás reciba amor,
Porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.

COMPARTO....
Porque al compartir crezco,
Porque mis penas, compartidas, disminuyen,
Y mis alegrías se duplican.


¡Sonrío, sueño, lloro, amo, comparto, vivo.!!! Y por esto cada día doy gracias a Dios que me da un día más...

lunes, 24 de marzo de 2008

Señor Amor.........................


Ante todo disculpe mi ignorancia en cuanto a su genero, pero es que niego a creer que algo tan bonito sea masculino.

En fin, hoy por fin me decidí a escribirle, después de mucho tiempo queriéndolo hacer.

Escribo la presente con la finalidad de obtener su gentil explicación en algunas cosas que le conciernen y que me están volviendo loco a mí también.

Se trata de usted, y sus andanzas.

Dígame, ¿Por qué es tan difícil y a la vez tan fácil sentirlo? ¿Por qué la dualidad entre lo rico que es tener amor y lo dolorosamente nefasto que es perderlo? Dígame ¿Por qué nos enamoramos tanto?.

Y es allí donde cuestiono sus labores ¿Lo está haciendo bien o lo esta haciendo demasiado mal? No lo se. El hecho es que a pesar de todo debo agradecerle, por llenar mi vida de amor. Le agradezco por tener a tantas personas lindas cerca de mi corazón, entiendo que es obra de usted.

Pero a la vez le quiero reprochar algo, y discúlpeme si le molesto. Pero, cuénteme ¿Por qué si nos tenemos que enamorar una sola vez, seguimos enamorándonos después? ¿No debería de haber un mecanismo para que una vez que te enamores, te quedes enamorado todo el tiempo? ¿No debería funcionar así? ¿Por qué brinca usted de lado a lado, confundiéndome y contagiándome con más y más amor?

Otra cosa, ¿Por qué a pesar de que estén tan cerca de mi corazón mis amores están tan lejos? Se que la distancia no es enemiga del amor, pero si lo hace un poco más cuesta arriba.

¿Y por qué no pueden dos personas que sea aman estar juntas y ya, con el único pretexto de lo que sienten? ¿Hace falta algo más? Si usted Sr. Amor, debe combinarse con el dinero, la conveniencia, el que dirán y otras muchas cosas más, ¿no pierde su esencia, su pureza?

Otra cosa, ¿Cómo saber cuando llega el amor de tu vida a tu vida? Y disculpe mis redundancias. Porque todos se sienten tan bien al principio y poco a poco se esfuman. Es como tratar de mantener agua entre tus manos.

¿Existe una señal de la que debamos estar pendientes?

En fin, hay muchas cosas sobre usted que nunca entenderé. Pero a la vez, me alegro muchísimo de no entenderlas. Por que se que usted es inexplicable, que está fuera de toda lógica y razón, que es como debe ser.

¿Se imagina que lo entendiéramos? Todo sería tan simple y aburrido, que perderíamos interés en usted. Y como bien sabe, el ser humano, vive y muere por usted.

Disculpe que lo moleste, con lo largo de mi carta, pero sentí que debía preguntarle estas cosas.

Entiendo que cada día que pasa debe estar más y más ocupado (o por lo menos eso espero) y que hasta le incomoden ciertas cosas que le pregunto pero, he buscado la respuesta por tanto tiempo sin éxito y pensé en consultarle directamente al culpable de mis dudas.

En espera de su pronta respuesta, y nuevamente agradeciendo su existencia, me despido de usted

domingo, 23 de marzo de 2008

La vida es dura

Si puede ser, pero a poco no, vale la pena vivirla.

Es dura cuando te sientes solo, cuando te hacen sentir mal, cuando crees que no hay nadie en quien puedas confiar, cuando te sientes sola...

Cuando el mas mínimo detalle te hace llorar, o recordar cosas que te han pasado.

¿Sabes cuando es dura la vida?

Cuando no la disfrutas, cuando no aprendes a valorar el hecho de respirar, cuando el estar vivo es lo mas maravilloso.

No les miento a mi me han pasado muchas cosas , he sufrido de desprecios, de humillaciones, de gente que me quiere ver abajo, de gente que me odió, de gente que nada más busca el mal, pero de esa gente estamos rodeados, yo
ahora me digo, por que buscas el mal de las personas, si hay muchas, que te hacen sentir bien.

El fracaso no existe, existen los errores.

El mundo en el que se vive, o el entorno, se lo da cada persona, los hechos son los que hablan, bien o mal, siempre lo bueno o lo malo con el tiempo, se recompensa.

Yo he sufrido maltratos físicos y psicológicos, he deseado muchas cosas que muchos gozan, la riqueza no lo da todo la pobreza tampoco, lo que te hace crecer son las ganas de salir adelante, las ganas de ser tu misma, los propósitos, las metas, lo
que quieres hacer.

Primero que todo debo pensar en mi, no buscando depender de nadie, saber que si lo quiero hacer lo haga.

Si, la vida no es fácil pero hay cada de talle, una mirada, una palabra, una sonrisa, un hola, un adiós, todo cuesta pero a veces uno se lo hace mas complicado, tal vez yo peco de ser una persona rencorosa, una persona, que todo lo vive y todo lo
siente, una persona que llora.

Una persona común como tu y como yo, la diferencia es que yo le he encontrado sentido a la vida en vez de buscar mi mal prefiero encontrar mi bien, porque tu tienes la llave de tu felicidad y porque hay una vida que vivir.

Gracias a la vida soy la persona que soy, y le agradezco a los que mas me han hecho daño, por que me han hecho mas fuerte.

La limpieza

La semana pasada tiré el preocuparme, se estaba poniendo viejo y me estorbaba. Me impedía ser yo mismo, no podía actuar a mi modo.

Tiré esas inhibiciones, no dejaban lugar para mí.

Hice lugar para mi nuevo crecimiento; me deshice de mis viejos sueños y dudas. Tiré un libro sobre mi pasado (igual no tenía tiempo para leerlo).

Lo reemplacé con nuevas metas y empecé a leerlo hoy.

Tiré los juguetes de mi niñez (¿recuerdan cuánto les estorbaba yo?)

Conseguí una nueva filosofía y también tiré la de mucho tiempo atrás.

Compré algunos libros nuevos llamados: puedo, haré y debo.

Tiré el podría, haría y debería. ¡Ah!, si hubieran visto el polvo...

Me topé con un viejo amigo, a quien no lo había visto hace bastante tiempo, creo que su nombre es Dios.

Si, realmente me gusta su forma de ser. Me ayudó con la limpieza y agregó algunas cosas, tales como: oración, esperanza y fe.

Sí, las puse en mi estante.

Tomé algo especial y lo coloqué en la puerta principal. La encontré se llama paz.

Ya nada me puede abatir. Ahora mi casa esta muy linda, todo se ve bastante bien.

Para preocupaciones y problemas, simplemente no hay lugar.

Es bueno limpiar la casa, especialmente la interior; ya que deshacerse de tanta cosa que estorba, hace todo más alegre.

A lo mejor tú deberías tratar de hacer lo mismo.

jueves, 20 de marzo de 2008

Ley de vida (dedicado a mi madre)

Dicen que es ley de vida, el que todos algún día tengamos que morir, pero es difícil cuando esa ley te toca a ti.

Es fácil decir el dolor desaparecerá, es fácil decir no llores mas, es fácil decir la resignación con el tiempo vendrá, pero lo difícil es aceptar que ese ser querido ya no está, y que nunca más lo verás.

Y te pones a pensar, en todas las cosas que no dijiste, en todos los te quieros que omitiste, en todo el amor que debiste haber dado a esa persona, que te entregó su vida, que cada noche te cuidaba, que mecía tu cuna, y suavemente una canción cantaba, que vivió por ti y para ti.

Ahora que no esta ya no hay nada que lo pueda remediar, no hay día, ni noche en que no deje de pensar en ti, en que mis ojos se llenen de lágrimas y mi boca sienta ese sabor amargo que es la soledad, porque aunque lejos estabas sabía que estabas allí, sabía que cuando te hablaba tenías una frase cariñosa para mí.

Oh madre cuanto te hecho de menos, eras la mejor mujer, la mejor madre, la mejor amiga, siempre con una frase apropiada, siempre con una sonrisa que iluminaba tu cara, siempre alegre para todos.

Dicen que Dios siempre recoge a las almas buenas, por eso se que en el cielo estarás y como un ángel vivirás. En nuestros corazones por lo siglos de los siglos permanecerás, y tu partida nunca, nunca, aunque sea ley de vida se podrá aceptar.

El ocaso de otro día

El ocaso de otro día llega, recordándome que no fue suficiente el día para acabar de resolver mis problemas.

Me invade la impaciencia, trato de resolver mis problemas y estos se hacen más grandes o empiezan otros nuevos.

Siento que camino en medio de la niebla, ya que no encuentro nada más que tropiezos, pero cuando más solo me siento, cuándo grito y escucho solo el eco de mi voz, ahí está, esa mano desconocida que siempre toca mi hombro, enjuga las lágrimas de mi rostro y me ayuda a levantarme.

Pero no puedo ver su rostro en medio de la espesa niebla, no se quien es, pero siempre hace lo mismo cada vez que caigo y siento que jamás volveré a levantarme.

Mis pensamientos se revuelven creando un caos en mi cabeza. El pasado llega pero no me atormenta, me da una pequeña luz que me ayuda a pasar algunos obstáculos del camino, pero no me ayuda cuando los obstáculos son nuevos para mí.

He tenido que aprender rápidamente a pasarlos antes de que el día termine, pero otras veces son tan grandes, que veo pasar varios ocasos y no puedo superarlos.

Pareciera que la vida se ha empeñado en darme sus mejores golpes, pero me ha enseñado a evadir varios y acertar algunos en contra de ella, pero por cada golpe que logro regresarle me da diez más.

Me siento cansado, pero mi instinto de supervivencia me obliga a seguir en pie hasta que el encuentro termine, sin importar si salgo victorioso o no. Lo único que quiero es poder sentarme y tomar un respiro, pero la vida es rápida y no me da tiempo de nada.

El ocaso de otro día llega, y me doy cuenta que el encuentro terminó es hora de descansar para iniciar otro encuentro más, pero mis pensamientos no me dejan, ahora tengo que enfrentarlos hasta el amanecer de un nuevo día.

JUDAS

Después de arrojar al suelo con furia las treinta monedas manchadas con sangre, Judas echó a correr. Sin control, hacia ninguna parte. Hasta que llegó al punto marcado por su destino. ¿O no? Junto a un árbol había enrollada una soga. Ya no lo dudó. Cogió la cuerda y tras amarrarla a la rama más fuerte comenzó a enrollársela por el cuello.

Estaba desolado, furioso consigo mismo. Se odiaba. Pero haría lo que había que hacer: acabar con su nauseabunda vida. Sin embargo, cuando a punto estaba ya de colgarse, una dulce mano paró su impulso. Al darse la vuelta, vio el tierno rostro de María, la madre del Maestro.

“¿Qué vas a hacer, Judas?”, le espetó con ímpetu María. El discípulo de su hijo sólo acertó a decir, atropelladamente: “Madre... déjame... ¡lo he vendido!. A causa de mi traición, Jesús, tu hijo, nuestro Maestro... el más inocente de todos los hombres... va a morir”. La madre de Dios, suspirando para sus adentros, con el corazón traspasado por mil espadas, miró con dulzura a Judas y le abrazó fuertemente, apretándole contra su pecho. En ese instante infinito, mirando a los ojos de uno de los grandes amigos de su hijo, que a la postre sería su traidor, dijo: “Judas, aunque no lo sepas, has sido un instrumento necesario del Mal. Tu acto horrendo era necesario para que el Cristo cumpliera su misión: salvar de la Muerte a toda la Humanidad. Además, tú sólo has sido un traidor más. Ahora mismo, Pedro está negándole tres veces. Y el resto de tus compañeros han huido despavoridos. Los que quedamos junto a Él somos muy pocos. O mejor dicho, somos muy pocas”.

Judas, que aún no se atrevía a mirar a la cara a la madre del rabí, respondió: “Madre, pero yo he sido el que lo ha vendido. Mi pecado me perseguirá a lo largo de toda la eternidad. No hay perdón posible para mí”. Y así fue como la Virgen le dio el aliento definitivo: “Hijo mío, ¿aún no has comprendido quién es Jesús, con el que has compartido estos tres años? Él es Dios... el Dios del Amor y de la eterna Misericordia. Él te perdonará siempre. Sólo basta que tú así se lo pidas. Judas, ¿te arrepientes de tu pecado?”. En ese momento, rompiendo su alma entre sollozos, Judas se volvió abrazar a la Madre de Dios. Ésta, alegre, le anunció el triunfo del Cristo: “Estoy feliz por ti, Judas. Lo que ibas a hacer era lo que mi hijo jamás hubiera deseado. Ven conmigo y dentro de tres días Jesús mismo, resucitado para gloria de todos, será el que te abrace y te perdone por tu gran pecado”.

Así fue como Judas rompió con su historia, delimitada por el destino, y pudo sentir la gloria de la Misericordia y la Vida.

¿CUÁNTO TIEMPO TENGO?

Cada nuevo día es una partida, pero no diviso nunca una llegada, mientras tanto vivo una existencia sin fecha, sin plazo, sin final. Por lo tanto he terminado con la esperanza cuando mi punto exclamativo dobló la espalda como un asa y se transformo en signo de interrogación.

¿Cuánto tiempo tengo? para entender quién soy y quién fui, para empezar y ver quién seré, entre la obligación y el olvido, juguete de un dios con el nombre y el número a mi espalda.

Soy esa gaviota en la jaula, que llora lágrimas de cristal, agua derramada en la arena que volverá al mar para no retornar nunca más a tierra firme.

¿Cuánto tiempo tengo? hasta que se produzca la separación, más pronto o más tarde, de esta vida dónde falto cada día un poco más, que voy en fila delante de un banco de peces, hacia el pescador; hay que esperar o no, nuestro último turno.

Somos los cómicos que gritan llorando, público que no ríe. Somos ángeles que pecamos y demonios que ruegan.

¿Cuánto tiempo tengo? para pedir tener un día más, un día puro al menos me llegará, que me extinguirá aquí abajo en los ojos de Jesús. La lanza hacia el cielo, se clavará.

¿Cuánto tiempo tengo? para vivir o morir, no lo sé, de esta enfermedad mía antes que llegué el final y vivo en la agonía de cuanto tiempo tengo.