domingo, 28 de junio de 2009

Inercia

Me dan asco. Reptiles inmundos que se arrastran babeando. Asco. Narcolepticos adictos a la almohada que se inmolan antes de gritar bien alto.
Nauseas me dan. De tener que arrastrarlos. De buscar con los dientes y las uñas conmoverlos y verlos mirarme con sus caras perplejas de asombro, como si, quien suscribe, lo hiciera en Sanscrito.

Las manos se me llenan de cachetadas. Los parpados se transforman en navajas, los labios se me hinchan de petroleo, la lengua se seca y se amordaza.

Y ellos quietos. Obedientes. Silenciosos. Sorprendidos ante la libertad del elegir, elijen el único camino incorrecto. No hacer nada.
Uno mientras tanto observa ese blanco, y le hierven los deseos de construir pajaros.

Y ellos nada. Cero. Callan.

Y ahí entonces exploto en llanto. Siento al mundo, un enfermo terminal, con un tumor maligno en el deseo y cuatro sidas en el alma.

Hoy... mas que nunca... elijo ser melanco. Hoy mas que nunca celebro llorar en el banco de una plaza.

domingo, 14 de junio de 2009

Un triste domingo más

El aburrimiento, la soledad y la monotonía

parecen haberse convertido en mi moneda corriente.


Maestro en el arte de respirar sin sentido, sé que sigo vivo,

aunque el tedio de este domingo me grite lo contrario...


Mi sonrisa, escondida detrás de una mueca,

lucha por abrirse paso, pero fracasa en el intento...


Mi mirada, cansada, se enceguece con el sol,

y mis pasos parecen demasiado lentos para alcanzarte...


Todo se confunde...


Si hasta esta tristeza ilusa, habitante perpetua de mis ojos,

en su afán de huir, se ha disfrazado de lágrimas,

sin comprender que ya no hay destino,

ni refugio, ni lugar donde ir...