No importan los cielos nublados,
ni los osados días de lluvia,
ni el frio, ni la penumbra,
ni la tormenta o la tempestad;
mis días son muy hermosos
desde que junto a mi, tu estás.
Extrañarte es un proceso agri-dulce;
que debo yo reconocer;
estar triste por que no te veo,
pero ansioso de volverte a ver.
Hoy agradezco a los cielos
que seas tu mi realidad
y que me conceda la gracia
de llenarte de felicidad.
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