jueves, 20 de marzo de 2008

¿CUÁNTO TIEMPO TENGO?

Cada nuevo día es una partida, pero no diviso nunca una llegada, mientras tanto vivo una existencia sin fecha, sin plazo, sin final. Por lo tanto he terminado con la esperanza cuando mi punto exclamativo dobló la espalda como un asa y se transformo en signo de interrogación.

¿Cuánto tiempo tengo? para entender quién soy y quién fui, para empezar y ver quién seré, entre la obligación y el olvido, juguete de un dios con el nombre y el número a mi espalda.

Soy esa gaviota en la jaula, que llora lágrimas de cristal, agua derramada en la arena que volverá al mar para no retornar nunca más a tierra firme.

¿Cuánto tiempo tengo? hasta que se produzca la separación, más pronto o más tarde, de esta vida dónde falto cada día un poco más, que voy en fila delante de un banco de peces, hacia el pescador; hay que esperar o no, nuestro último turno.

Somos los cómicos que gritan llorando, público que no ríe. Somos ángeles que pecamos y demonios que ruegan.

¿Cuánto tiempo tengo? para pedir tener un día más, un día puro al menos me llegará, que me extinguirá aquí abajo en los ojos de Jesús. La lanza hacia el cielo, se clavará.

¿Cuánto tiempo tengo? para vivir o morir, no lo sé, de esta enfermedad mía antes que llegué el final y vivo en la agonía de cuanto tiempo tengo.

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